"Reflexiones y relatos. Una mirada al abismo de la vida y sus profundidades. Una caída de cabeza y sin manos al vacío, de frente, sólo amortiguada por pluma y teclas."
sábado, 12 de septiembre de 2015
Ella
La chica que entra al cafetín. Viste pantalones
vaqueros, camiseta negra, ajustada, sin mangas, desenfadada pero elegante.
Hermosa. Hay mujeres tan elegantes, con un aura tan seductor, que no necesitan
disfrazarse, simplemente son elegantes. Esta tan seductora como Afrodita, tan
sensual como Cleopatra, tan bella y natural como el busto de Nefertiti. Ojos de
pantera que penetran en el local y lo enciende. Faro que alumbra y guía las
voluntades masculinas. El chico que gira la cabeza, que mira sus ojos y la sigue
mientras ella, poderosa pantera negra, temible morena que muerde, se aposta en
una silla, cerca de la barra, cerca del chico, epicentro del terremoto, sirena
sin quererlo, sirena sabiéndolo, y se queda embobado, quizás soñando que le
dirá o que no le dirá, porque ella tan diosa que paraliza a quien la mira. Él
que baja la mirada, batalla perdida contra las olas y naufraga, se aferra al
bote frágil, al madero que lo mantiene en vida. Respirará hondo, ya con el
veneno inoculado, con el suero recorriéndole sus venas, su cuerpo entero
vibrando y en éxtasis por culpa de la depredadora, del macho alfa, el
verdadero, de la mujer con vaqueros que ahora sonríe por lo bajo. Se ha dado
cuenta, cuatro víctimas, el camarero de antes, ya suyo, ya marioneta que le
sirve la cerveza automáticamente, como animal domesticado, sus ojos encendidos
al verla entrar, su sonrisa bobalicona, tan entregado que a Ella le hace
gracia, tan tierno que se estremece, es poderosa, bebe en un vaso de copa sabiéndose
reina del baile, cisne entre patitos feos, blancanieves rodeada de sus siete
enanitos. El chico mirando de soslayo, procurando ver sin ser visto, sin que se
le note el azoramiento pero ya inútil, la reina tiene un nuevo acólito, un
nuevo escriba para su séquito. Se levanta sabiéndolo ya, mirando a su presa que
aparta la mirada temeroso, tímido, esa noche soñará con ella, su nueva ninfa,
su Antígona, su Penélope, soñará con Ella mientras Ella estará tumbada en su
cama, escoltada por dos de sus amantes que se turnarán para adorarla, ella
desnuda, abierta como flor en primavera, tan tranquila y silenciosa que
parecerá que duerme o que muere, pero en una muerte lenta, plácida, de esas que
llegan como susurro o caricia tibia, manto de seda, brisa marina que te arropa.
Él soñando con Ella, Ella soñando con él porque todos él, todos la adoran.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario